¿CON QUIÉN ESTÁS?
Hablar temas bíblicos, de la ley, del evangelio, de la gracia y todo lo que se relaciona con Dios, con su instrucción y con el caminar de Cristo Jesús como redentor, hoy en día ha sido muy común. Hemos llegado en estos tiempos a recibir y disponer de información, asimismo de enseñanzas para instrucción y educación; se evidencia en los medios de comunicación, igual los avances tecnológicos nos han permitido ir más allá de información a sobreinformación.
Es común encontrar por ejemplo en la red de internet, en programas de radio, en la televisión, en medios impresos, literatura, etc., infinidad de temas y enseñanzas relacionados con el Reino de Dios (¡gloria a Dios por ello!), sin embargo es evidente un problema, no hay una relación entre “lo recibido y lo aplicado”, en otras palabras “se recibe mucha información, pero no hay aplicación”. ¿Por qué ocurre esto? Uno porque la información viene del mundo, la instrucción es de Dios y está en la Biblia; dos porque de igual forma sea información o sea instrucción no se aplica, no se vive.
Voy a exponer un ejemplo muy claro; Guatemala es un país Cristiano, dividido mayoritariamente entre católicos y evangélicos; hay más de 19,000 iglesias denominacionales, identificadas como cristianas, según un estudio efectuado por una organización religiosa; en julio de 2009, el 50% aproximado de la población guatemalteca profesaba la religión evangélica (aunque se habla de no ser religiosos sino cristianos). Estos datos más que crear polémica religiosa entre católicos y evangélicos o de otras religiones, van orientados a identificar primero un divisionismo, pero más que eso remarcar un pueblo cristiano, que no refleja el mensaje de Cristo, no se vive la palabra de Dios, no se manifiesta en la convivencia el amor a Dios, ni por una ni otra parte, por lo que este fenómeno no puede ser llamado con otro nombre: MEDIOCRIDAD.
Aunque pareciera un término mal aplicado, es correcto, salvo mejor opinión u orientación que es aceptable; ahora el mensaje que deseamos expresar es a conocer mejor el Plan de Dios para nuestra vida, mediante el sacrificio de Jesús en la cruz para salvación nuestra.
Juan 10, 10
“El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
El pasaje bíblico nos muestra que Jesús hace una advertencia y a la vez una promesa muy especial; sobre la base de la promesa podríamos plantar un autoexamen y ubicar que posición hemos alcanzado en cuanto a la vida en abundancia, porque de forma equivocada podemos asociar esto a buscar estar congregados, ser parte de un ministerio, asistir a retiros, a seminarios, a liturgias costumbristas, a actividades extraordinarias que hacen y provocan avivamientos pero de tipo almática, que hace mantener periodos de motivación en espacios de tiempo relativamente cortos.
El propósito manifestado mediante la promesa es de aplicación inmediata; por eso habló del Reino de Dios que se había acercado, era el tema central de su predicación cuando llamaba al arrepentimiento y también mencionó:
Juan 6, 63
“El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”
En el contexto bíblico Jesús se manifestó como el pan de vida, refirió su palabra como espíritu de vida, que no es más que compartir una relación con Dios; para nosotros que vivamos de la palabra de Cristo.
Hebreos 4, 12
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.”
Aquí no se habla de libro alguno, habla directamente de Jesús, se refiere a vivencias reales, de Cristo como palabra viva, de igual manera aplica a nosotros compartir lo que realmente somos viviendo en Jesús.
1 Juan 3, 18
“Hijitos míos no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”.
Ahora despejemos la incógnita del título del tema: Estamos y vivimos en Cristo o estamos intentando con nuestras fuerzas alcanzar lo que ya se nos ha dado. No nos dejemos engañar, ni nos engañemos “el que está en Cristo nueva criatura es…” de tal cuenta que nuestra vida con Cristo y en Cristo es algo muy superior al estatus que muchas veces queremos alcanzar mediante obras de la carne.
Hebreos 12, 2
“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
Lo que Jesús hizo es la obra suprema que Dios nos dio para salvación, no podemos más que aceptarla para verdaderamente obtener la victoria, que no es otra cosa que vivir en abundancia, manifestada en justicia, paz y gozo.
Pero al despejar la incógnita del título probablemente abrimos nuevas interrogantes que debemos aclarar:
¿VIVIMOS CON CRISTO O VIVIMOS EN LA CARNE?
Es necesario adentrarnos a escudriñar y manifestar las contraposiciones de los sistemas de vida planteados, para ubicar en cuál es la posición que ocupamos y de tal cuenta pedir a Dios entendimiento, discernimiento y sabiduría para corregir cualquier error en nuestro caminar.
1. VIVIR EN LA CARNE
Desde el momento que obramos en nuestra fuerza estamos mal, porque lo hacemos en la carne, allí podemos referir hasta compromisos humanos ante las cosas, ante Dios, porque se hace en pos de la carne. Por ejemplo podemos analizar, que hacer promesas a Dios de ser mejor, intentarlo por diversos medios con nuestras propias fuerzas van al fracaso, es algo así: Voy a la iglesia el domingo, recibo mensajes poderosos, hago compromisos, me levanto al llamado, grito, lloro, caigo, etc. al paso del día vuelvo a la rutina, después de un tiempo pasa la emoción, fallo, caigo, hasta me auto condeno, y a empezar de nuevo, sentirme mal, y comenzar otra vez ese círculo vicioso repetitivo.
También caminamos en pos de la carne, cuando vivimos por nuestras supuestas propias habilidades, consideramos ser auto suficientes, hablando en busca de la espiritualidad (yo voy a vivir para ti, voy a servirte a ti, yo voy a ayunar, voy a orar, voy a hacer…) estoy actuando en la carne, aplico técnicas para suplir necesidades y en el proceso recibimos derrota o “victoria”, pero el problema es que aunque se reciba algún tipo de victoria, entre comillas, para Dios puede ser que no sea la vida correcta en que estamos y precisamente el interés de Dios está EN LA VIDA PLENA para sus hijos.
El enfoque es caminar para Dios, pero mi actuar es en pos de la carne.
Filipenses 3, 3-6
“Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne, aunque yo mismo podría confiar también en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más: circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;”…
La carne no es necesariamente mala, lo malo es poner la confianza en ella por nuestro propio entendimiento.
2. VIVIR EN CRISTO
Es el modelo opuesto a vivir en pos de la carne, es reconocer que Jesús es la vida y establecer una relación y conexión directa para vivir con Él como fuente de vida, haciéndolo en Espíritu.
Colosenses 3,3-4
“Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria.”
Pablo además lo manifestó muchas veces al punto de referir: “para mí el vivir es Cristo”; también podemos encontrar infinidad de palabra sobre el nivel a ser alcanzado en relación directa al Vivir en Cristo, veamos algunas:
Juan 15, 5
“Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.”
Un mensaje con mucha revelación, inicialmente a sus discípulos, pero también para un pueblo; Jesús aclaró lo que es para nosotros, haciendo referencia justa al Plan de Dios para la vida de los que con Él establezcamos una relación directa.
· Juan 11, 25 “Yo soy la resurrección y la vida”;
· Juan 14, 6 “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”;
· Juan 1, 4 “En él estaba la vida.”
3. LAS DOS MANERAS DE VIVIR
Porque del contraste de las formas de vida, es allí donde se encuentra la revelación de este mensaje:
Génesis 2, 8-9
“Y plantó el SEÑOR Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí al hombre que había formado.
Y el SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.”
Podemos decir mucho del tema como antecedentes, pero comencemos aquí: Adán y Eva fueron seducidos en engaño diciéndoles que serían como Dios, sin embargo sabemos que eran como Dios, fueron creados a imagen y semejanza de Dios. La intención del enemigo era llevar al hombre a experimentar la vida fuera de la cobertura de Dios.
Ahora pongamos atención a los árboles plantados en medio del huerto, los cuales fueron EL ARBOL DE VIDA Y EL ARBOL DEL BIEN Y DEL MAL. Del último mandó Dios no comer so pena de muerte; pero no fue atendido el mandato y ciertamente Adán murió, espiritualmente, cayó en pecado y fue expulsado del huerto.
En lo simbólico estos dos árboles representan los estilos opuestos y distintos de vida que hemos mencionado.
EL ARBOL DEL BIEN Y DEL MAL, al que se llegó por el pecado, simboliza la carne, estar bajo la cobertura del árbol incorrecto, porque la raíz del problema humano es “evitar el mal y hacer el bien”. Pero como lograr resolver ese problema bajo esa cobertura, es el árbol del tratar; el bien y el mal enseña valores morales, principios, pero nos lleva hacia vivir bajo la ley, las reglas, el mandamiento. Lamentablemente no podemos cumplir lo que dice la biblia, tratamos pero nunca alcanzamos la perfección (vemos credos, religiones, predicas, etc.; nos crea conflictos internos); pero esto porque estamos viviendo del árbol equivocado, el mal y el bien tienen un mismo origen, el pecado por comer del fruto de un árbol prohibido; Dios no dijo Adán si comes vas a comer del árbol busca un fruto del bien, fue así, el árbol es del mal y del bien y punto.
La mayoría de iglesias son reflejo de esa cobertura, mucha gente que vive de apariencia, no hay unidad, la estructura eclesiástica es hermética, mucha disensión interna, no se provee de apertura a la manifestación de Dios, se trata por medios humanos de buscar a Dios, se implementan métodos y se cae a lo mismo.
EL ÁRBOL DE VIDA, representa a Cristo, la victoria espiritual, hablar de vida en la Biblia tanto en el Antiguo Testamento o el Nuevo Testamento es referirse a Cristo; porque precisamente la vida “no es algo, es alguien”.
Jesús es la vida, la fuente de vida. Es precisamente allí el problema y el dilema de la cristiandad: “reconocer que Jesús es la vida, pero no vivir con Él como fuente de vida”
Por eso hermanos, estar en Cristo es algo muy especial, es haber alcanzado la VIDA EN ABUNDANCIA, no de un evangelio futurista, sino aquí, ahora.
Romanos 8, 1-2
“Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.”
Juan 5, 24
“En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.”
Efesios 4, 13
“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;”…
El Capítulo 4 de Efesios habla de la unidad de la fe está referida precisamente como la unidad del Espíritu (habla de un cuerpo la iglesia y un Espíritu descrito con mayúscula, el Espíritu de Dios), ¿Quiénes? NOSOTROS. Cristo murió, descendió al infierno, venció al enemigo, resucitó y ascendió al Padre, creó ministerios para capacitar al pueblo y edificar su cuerpo acá en la tierra. Todo a ser realizado en LA UNIDAD DE LA FE, CONOCIMIENTO DEL HIJO DE DIOS Y ALCANZAR LA PEFECCIÓN HUMANA conforme a la PLENA ESTATURA DE CRISTO.
Somos iglesia, ¿vivimos lo descrito anteriormente?, yo creo que NO. No existe unidad de fe, más bien divisionismo doctrinario y teológico, no hay conocimiento real de Cristo y como humanos estamos lejos de ser conforme a la estatura de la plenitud de Cristo.
Es necesario moverse del árbol de la ley al árbol de vida, para ser como Cristo y luego cumplir con la misión encomendada.
Solo Dios puede revelar el mover y su plan para nuestra nación y para nosotros; solo pidamos en oración que nos abra lo sentidos espirituales para ir verdaderamente en pos de VIVIR EN CRISTO. Romper esquemas humanos que limitan llegar a Cristo y al verdadero avivamiento.
Amén.
biblia Versión: Biblia de las Américas.
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