Cristo con nosotros, para una relación directa con Dios.

"Nunca encontraremos algo que ya tenemos"; "Obtener lo nuestro está en el poder, la decisión y la acción"; "Arrepentirse y creer no de palabra sino de espíritu"; "No por nuestras fuerzas, sino por el Espíritu Santo de Dios que vive en nosotros".

domingo, 24 de abril de 2011

¡TESTIMONIO A LA VERDAD!

En esta oportunidad más que ver un estudio estructurado, entraremos a presentar un mensaje de reflexión, sintetizado sobre la base de uno de los pasajes contenidos en los evangelios y que nos muestran el carácter de Cristo.

Juan 18, 33-38
“Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mí reino no es de aquí.
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?
 Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.”

Es necesaria la referencia bíblica, que nos habla la comparecencia de Jesús ante Pilato, según el Evangelio de Juan; también podemos ampliar la referencia al hecho  descrito en los demás evangelios.

Lucas 23, 3; Marcos 15, 2;  Mateo 27, 11: “Entonces Pilato le preguntó diciendo ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices

Los cristianos hemos sido enseñados sobre las vivencia terrenal de nuestro Señor Jesucristo, esta es una de ellas en la cual es llevado a un tribunal por haber sido acusado por los judíos y posteriormente sentenciado a muerte; pero algo que vamos a remarcar en esta oportunidad no es ese hecho en particular sino lo dicho por Él ante el gobernador romano, que al final de dicho interrogatorio decía “¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho” (Mateo 27, 13-14).

Veamos entonces lo dicho por Jesús a la luz de su palabra, de acuerdo al Evangelio de Juan: (No profundizaremos en los dos primeros puntos).

Primero: Ante la pregunta de Pilato: Nótese que responde con una pregunta, pero tomando lo dicho por Pilato no como interrogante, sino aseveración. Entonces dice: ¿LO DICES POR TÌ, O TE LO DIJERÒN? (parafraseado).

Segundo: La descripción clara del Reino de Dios, habla de servidores.

Tercero: Una descripción más profunda del propósito de la venida de Cristo a la tierra, es en este último párrafo que centraremos este tema de reflexión.

·        HE VENIDO AL MUNDO, PARA DAR TESTIMONIO A LA VERDAD.

Sobre esta aseveración aún Pilato planteo una última interrogante, la cual quedó en el ambiente, porque luego salió a los judíos “¿Qué es la verdad?”

Todo humano nacido de nuevo ha de saber que Cristo mismo es esa verdad, la cual Pilato no interpretó a pesar de haber tenído al Hijo de Dios frente a frente.  “Yo soy el camino, la verdad y la vida…”

Pero el mayor punto de reflexión está en lo dicho: DAR TESTIMONIO. 

Que nos refiere esta frase o palabra, porque va mucho más allá de aquellos hermosos y conmovedores relatos que nos pueden hacer hasta llorar, y que con anuencia humana se va relatando en muchas oportunidades desde los mismos púlpitos, altares religiosos y otros espacios cedidos y que sirven para sorpresa, asombro y posterior admiración de los demás feligreses o hermanos.

Hay que reflexionar precisamente en el mover de los tiempos, porque fuimos advertidos sobre engaño, las novelas e historias cristianas modernas son muy bonitas, pero anti bíblicas.  Recordemos que las novelas son ficción, o sea algo que no es cierto, pero muchas veces son hechas pasar por ciertas.  Si para impresionar hablamos algo que no es verdad, aunque nuestra intención sea evangelista, o de instrucción para discipulado, estamos cayendo en mentira.  Entonces nuestro libreto de predicación fue escrito por el padre de la mentira, sabemos quién es.

Antes, entonces veamos el significado del término “testigo” o “testimonio”.

ed (דעֵ , H5707) , «testigo».
edut (תודעֵ , H5715) , «testimonio; ordenanza».
Verbo ud (דוע , H5749) , «aceptar como testigo, testificar, repetir, amonestar, advertir, prometer protección, aliviar o mitigar».
Diccionario Antiguo Testamento W.E. Vine

El término tiene distintas connotaciones y descripciones, de acuerdo a lo que se encuentran descritos en la Biblia, pero también ampliamos con la siguiente descripción de otro diccionario bíblico.

El testimonio va más allá del simple sentido forense e incluye una aprobación o respaldo personal. Tal es el testimonio de Dios el Padre (Jn 5.36, 37) o del Espíritu Santo (1 Jn 5.6) acerca del Hijo. Así también el testimonio de Juan el Bautista es una expresión de lealtad y devoción (Jn 1.6ss, 19-37). Los discípulos se convirtieron en testigos no tan solo de los hechos históricos de la encarnación, muerte y resurrección de Cristo, sino también de su propia fe en Él, de la realidad de su presencia y del cumplimiento de sus promesas (Lc 24.48; Hch 1.8). Dispuestos a testificar hasta la muerte si era necesario…
             Test Diccionario Nelson 10-6

Entonces, es preciso que cada uno de nosotros reflexionemos en los dos puntos más importantes de esta palabra EL TESTIMONIO Y LA VERDAD.

El llamado es precisamente porque estamos viviendo tiempos en que las necesidades humanas hacen acercarnos a misticismos religiosos, movimientos orientados a la espiritualidad pero que no tienen el enfoque de la doctrina de Cristo aunque sean identificados como tal; queremos conocer los misterios de Dios y aún nos falta conocer nuestro corazón (porque dice la Palabra de Dios, engañoso es el corazón del hombre…), por eso es necesario buscar una intimidad con Dios, pero eso va a lograrse a medida en que abramos nuestro corazón a Él, buscándolo siempre, creyéndole, obedeciéndole y con un genuino arrepentimiento, para dejar las obras muertas.

Jeremías 6, 10
“¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.”

Este pasaje bíblico habla del sentimiento del mensajero de Dios, el profeta que en su momento ha identificado la problemática de la situación del pueblo de Dios, pero también nos habla hoy a nosotros.

Dentro de los defectos adquiridos por el ser humano está el de la sordera, en alusión a lo espiritual, porque nos cuesta mucho atender lo que Dios nos dice, lo que nos revela y lo que nos ha dejado, para ser verdaderamente seguidores de Cristo.  Seamos más oidores que habladores y veremos cambios importantes en nuestra vida.

Juan 3, 11
“De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.”

Si leemos el capítulo 3 de Juan, vemos un encuentro especial entre Jesús y Nicodemo, en el cual descubrimos una gran lección del verdadero testimonio; pero hacemos referencia solo al pasaje anterior porque nos muestra el conocimiento absoluto y visión inmediata de Dios proclamada como exclusiva.  Aunque se usa el “nosotros” o “sabemos” y “nuestro testimonio”, se refiere solo a Cristo mismo, pero se hace en contraste enfático quizá a las palabras iniciales de Nicodemo en el encuentro:  “Rabbí, nosotros sabemos”.

“No recibir nuestro testimonio”, está referido a la clase que pertenecía Nicodemo, de la cual empezaba a separarse (las cosas terrenales).

Entonces, nosotros ¿hemos alcanzado este proceso de reconocimiento del verdadero testimonio de Cristo?

Hay mucho que meditar en todo esto, desde lo contenido en las enseñanzas de Jesús dejadas en la biblia, porque no debemos, ni podemos seguir engañándonos y pretender alcanzar el Reino de Dios, haciendo obras de hombres.

Reflexión en la palabra de Dios: primero para meditarla, luego para aceptarla, después para incorporarla a nuestro pensamiento diario y luego para ponerla por obra a nuestra vida.  De esta manera tendremos una verdadera restauración, un verdadero testimonio con Cristo, para seguir firmes en la brecha que nos lleva a ese camino. Nos toca a cada uno responder a las interrogantes ¿He puesto por obra las enseñanzas recibidas por este u otro medio?; ¿Sí? ¡Gloria a Dios! ¿No?, entonces para que recibir la enseñanza.

1 Timoteo 6, 13-16
“Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.

Con estos pasajes, creo que despejaríamos algunas dudas, sobre la base del caminar por las Sendas del Señor, o sea nuestro verdadero testimonio, no por lo que decimos ser, sino por lo que realmente somos (cada uno examínese a sí mismo, el que esté firme cuídese de no caer).


ANEXO:

TESTIGO, TESTIMONIO
El que ofrece pruebas para confirmar algún hecho, acontecimiento, proeza o pacto es testigo; las pruebas constituyen sus testimonios y estas pueden ser concretas u orales. Por ejemplo, las siete corderas que recibió Abimelec de mano de Abraham (Gn 21.30) sirvieron de testimonio de que el último había cavado el pozo en Beerseba. Asimismo, las piedras del majano de Labán (Gn 31.52), el altar de Josué (Jos 22.27), las tablas del decálogo (Éx 31.18) y el tabernáculo mismo (Nm 17.7, 8 y Hch 7.44) son testigos de pactos y acontecimientos. La palabra escrita de Dios, según el salmista, es su testimonio, la heredad del hombre y el gozo de su corazón (Sal 119.111).
En sentido forense, es más común el testimonio oral. Según la Ley Mosaica, para condenar a una persona acusada de un crimen era preciso tener las declaraciones acordes de dos testigos (Nm 35.30; Jn 8.17; 1 Ti 5.19). Si apedreaban al criminal, los testigos tenían la obligación de confirmar su testimonio arrojándole las primeras piedras (Dt 17.6, 7; Hch 7.58). El testigo falso debía sufrir la misma pena que hubiera correspondido al acusado. Uno de los diez mandamientos prohíbe el testimonio falso (Éx 20.16). No obstante, esto era una práctica algo común, como se nota en el proceso del Señor Jesucristo (Mt 26.59ss) y también en el apóstol Pablo (Hch 25.7).
El testimonio va más allá del simple sentido forense e incluye una aprobación o respaldo personal. Tal es el testimonio de Dios el Padre (Jn 5.36, 37) o del Espíritu Santo (1 Jn 5.6) acerca del Hijo. Así también el testimonio de Juan el Bautista es una expresión de lealtad y devoción (Jn 1.6ss, 19-37). Los discípulos se convirtieron en testigos no tan solo de los hechos históricos de la encarnación, muerte y resurrección de Cristo, sino también de su propia fe en Él, de la realidad de su presencia y del cumplimiento de sus promesas (Lc 24.48; Hch 1.8). Dispuestos a testificar hasta la muerte si era necesario, los apóstoles aportaron un nuevo sentido al significado de la palabra testigo (cuyo equivalente en griego era maŒrtys, de donde viene nuestra palabra "mártir"). El primer mártir del cristianismo fue [Ver=]  ESTEBAN, quien selló con su sangre el testimonio de su vida y de sus labios, el prototipo de todos los que estiman la verdad de Cristo por sobre todas las cosas.
Bibliografía:
DTB, col. 1013-1025. VTB, pp. 779-782,448ss.
Test Diccionario Nelson 10-6

Edición Personal.

domingo, 17 de abril de 2011

¡VALIENTE SIN GLORIA TERRENAL!

A través de la Biblia encontramos hombres y mujeres dignos de mención por sus grandes hazañas y que como consecuencia de su proceder han quedado registrados en la historia, conforme a la voluntad de Dios.

Si analizamos desde la creación, luego de la caída de Adán, los patriarcas fueron elegidos para guiar a un pueblo a libertad, de tal cuenta que en el proceso los llamados a realizar actos extraordinarios regularmente vivieron tiempos especiales de preparación, luchas, batallas, pruebas, que los llevó en oportunidades a caer, incluso hasta delante de Dios, para luego ser levantados y dignos de mención por sus hechos.

Históricamente y según registros bíblicos, de acuerdo a lo descrito en el párrafo anterior, podemos encontrar desde el libro de Génesis hasta concluir en Apocalipsis a muchos valientes, los cuales en las propias descripciones alcanzaron en alguna medida gloria terrenal, sin mencionar por supuesto desde la perspectiva espiritual que la Gloria es de Dios y va más allá de lo terrenal a su Reino Celestial.

Es también necesario aclarar que hay muchos que sin ser mencionados en la historia o en el mover actual, han sido valientes y su proceder podría considerarse anónimo delante de los hombres, pero que Dios usó, usa y usará para los propósitos especiales que dispone.

Ahora entonces veamos por qué el título del presente tema: ¿Valiente sin Gloria?  Nótese inicialmente que hablamos en singular VALIENTE, vamos a referirnos a uno específico; ahora mencionar que fue sin gloria, porque así se muestra de acuerdo a las circunstancias que le tocó vivir, en apariencia no hay mención de gloria terrenal para él, aunque el hecho de ser mencionado como valiente podría dar una consideración de distinción.  

Como antecedente central del mensaje podemos referir el siguiente pasaje bíblico.

2 Samuel 11, 1-5
Y ACONTECIÓ a la vuelta del año, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y a sus siervos con él, y a todo Israel, y destruyeron a los Ammonitas; y pusieron cerco a Rabba: y quedose David en Jerusalem.
Y aconteció que levantándose David de su cama a la hora de la tarde, paseándose por la techumbre de la casa real, vio desde la techumbre una mujer que se estaba lavando, la cual era muy hermosa.
Y envió David a preguntar por aquella mujer; y dijéronle: Aquella es Bersabée, hija de Eliam, mujer de Urías Jetteo.
Y envió David mensajeros, y tomóla; la cual como entró a él, él durmió con ella; y ella se santificó de su inmundicia, y se volvió a su casa.
Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Yo estoy preñada.

·        LOS VALIENTES DEL REY

1 Crónicas 11, 10
“Estos son los capitanes de los valientes hombres que David tuvo, y los que le ayudaron en su reino, con todo Israel, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová.”

Se habla de treinta héroes de David, se incluye a tres hombres famosos por sus hazañas atrevidas, junto a un grupo adicional de guerreros elegidos. Se menciona que eran treinta, aunque sus actos no son detallados excepto  las osadías de los tres más valientes.  En el libro 2 Samuel 23, 8-39 se describe que fueron treinta y siete valientes, pero únicamente se mencionan veintinueve, terminando el listado con Urías heteo.  En 1 Crónicas 11, 41 luego de Urías heteo se mencionan diecisiete. En apariencia no era la lista total del grupo, y no todos actuaron al mismo tiempo, porque es muy probable que nuevos guerreros fueran seleccionados para reemplazar a los que morían.

Una de las funciones sugeridas era que conformaban la guardia personal del Rey David, además de ir a las batallas con o sin él.  Por lo que la seguridad del Rey estaba en sus manos; ante tal necesidad algunos vivieron cerca del palacio real. (2 Samuel 23, 8-39).

Por lo descrito podemos inferir que eran todos de confianza y cercanos al Rey.

URÍAS HETEO, ¿Quién es?

Urías / Uriah / Urijah, es el mismo nombre, que significa: “Mi luz es Jehová” / “Luz de Jehová” / “El Señor es mi luz o fuego”.
Heteo / Jetteo: Por ser descendiente del segundo hijo de Canaán Het (Génesis 10, 15). 
Hitita: Identifica su procedencia.  Era la nación habitada por los heteos (Génesis 15, 18-21). Al parecer la región montañosa que debía incluir Líbano y quizá algunas zonas de Siria (Números 13, 29; Josué 11, 3).

Con esta descripción identificamos los antecedentes que podemos referir para iniciar la descripción de las vivencias especiales de este varón fiel y leal a su Rey.

No era israelita de nacimiento, pero tenía identidad con el pueblo escogido como si fuera su propio pueblo, aparece en el listado de valientes de David, nos da cuenta que era sin temor, más aún para defender al pueblo israelita.

El vínculo probable de relación con Israel es su mujer israelita, el amor de su vida, una mujer bella que cautivaba al ojo humano.  Seguramente entonces Urías tenía dos pasiones o compromisos personales: defender a su ahora pueblo Israel del enemigo y amar a su mujer cada día.

Pero describimos de igual forma a su mujer y familia, debido a que en la historia se menciona más que el propio Urías (principalmente por lo ocurrido entre David y ella).

Betzabé / Bet-súa / Bath-sheba (1 Crónicas 3, 5), mismo nombre que significa “Hija de un Juramento”. Su padre, Eliam / Amiel  que significa “Dios del Pueblo”; nieta de Ahitofel que significa “Hermano Insensato”, “Hermano de Locura”. El padre, también valiente del Rey; el abuelo “Hombre poderoso de David”, al punto que sus palabras como consejero eran consideradas como que fueran de Jehová (2 Samuel 16, 23).

Sin entrar a profundizar más en lo histórico, la descripción familiar fue necesaria para conocer que todos eran del círculo muy cercano al Rey David, de confianza debido al rol que cada uno desempeñaba.


·        QUÉ PASÓ CON URÍAS

Estando en batalla contra los amonitas defendiendo los intereses de su ahora pueblo fue llamado por el Rey (el cual conocía por ser parte de sus valientes).  Para un guerrero, un soldado, ser llamado en medio de una batalla o conflicto, probablemente significaría una misión especial, por lo que llegó rápido a ponerse a las órdenes de su Rey.

El llamado no era de importancia al Rey, fue un informe superficial de la situación de la guerra, porque detrás del llamado había una intención oculta.  El Rey pretendía que el valiente fuera a su casa, durmiera con su mujer Betzabé; pero Urías no descendió a su casa.

2 Samuel 11, 10-11
“E hicieron saber esto a David, diciendo: Urías no descendió a su casa, y David dijo a Urías: ¿No has venido de camino? ¿Por qué pues no descendiste a tu casa?”
Y Urías respondió a David: El arca, e Israel, y Judá están debajo de tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor sobre la haz del campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y para beber, y para dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haga tal cosa.”

Sin saber las intenciones del Rey, este guerrero valiente no concebía la idea de ir a casa y descansar, mientras el pueblo que amaba estaba en guerra.  Por tal razón prefirió dormir a la entrada del palacio.

El plan del rey era que el joven guerrero fuera a su casa a dormir con su esposa para cubrir a toda costa el pecado de adulterio que había cometido con ella.  La siguiente argucia fue embriagarlo para que fuera a casa, pero tampoco funcionó:

2 Samuel 11, 13
“Y David le convidó: y le hizo comer, y beber delante de sí, y le embriagó. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor: mas no descendió a su casa.”

Lo que quería ocultar el rey era el embarazo que tenía la hermosa mujer de Urías como producto del adulterio cometido con él.

Al fallar en sus planes, viene la decisión más vil que un Rey pudo tomar.

2 Samuel 11, 14-17
“Venida la mañana, David escribió una carta a Joab, la cual envió por mano de Urías.
Y escribió en la carta, diciendo: Poned a Urías delante de la fuerza de la batalla: y dejadle a sus espaldas para que sea herido, y muera.
 Y aconteció, que cuando Joab cercó la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que estaban los más valientes hombres.
Y como salieron los de la ciudad, pelearon con Joab, y cayeron algunos del pueblo de los siervos de David: y murió también Urías Jetteo.”

Este fue el final y muerte de un valiente, en plena batalla, por defender a su pueblo y atendiendo hasta el final las ordenes de su Rey.

Murió en lo que era su responsabilidad, en lo que le apasionaba; probablemente en su sepulcro de haber habido un epitafio, hubiera sido ese.

·        URÍAS, VALIENTE SIN GLORIA

La muerte lo alcanzó por hacer lo que le correspondía, defender a su pueblo del enemigo, atender y proteger a su Rey, siempre actuando con excelencia y sujeción.  No creo que se le haya levantado ningún monumento, pero su legado de enseñanza aún permanece.

Urías fue víctima de infidelidad, engaño, deslealtad de parte de los suyos.  Su mujer adulteró con su Rey, David maquinó para su vida diversos planes de maldad (todo esto a mi forma de ver) pero por el carácter firme de Urías en su compromiso de Valiente de David, no fueron funcionales. 

“Más Urías durmió a la puerta de la casa del rey…” (2 Samuel 11, 9); “Urías respondió a David: El arca e Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor; en el campo; ¿y había yo de entrar en la casa para comer y beber, y a dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma que yo no haré tal cosa.” (2 Samuel 11, 11).

Gran enseñanza podemos ver en estos pasajes, ambos tienen un significado especial para nuestra vida, el simbolismo de la “puerta de la casa del Rey” y por otro lado el carácter de un servidor, el carácter de un verdadero obrero de Dios…, mucho más podríamos encontrar aquí, pero Dios te lo revela.

Ninguna argucia del enemigo funcionó para desviar de su verdadera comisión a Urías, permaneció siempre valiente, dispuesto, leal, fiel y diligente para cumplir con su compromiso.

Lo que describimos a continuación es lo central de este mensaje:

“Urías heteo, pasó de ser uno de los valientes de David,
A ser uno de los fieles y leales del Reino de Dios”.

Porque aunque a la vista y pensamiento humano fuera una víctima completa de engaño, el hizo honor a su nombre “Jehová es mi luz”.

Aunque en el mundo, no alcanzara gloria alguna, por mucho es evidente que su nombre está exaltado en las alturas, hasta el punto de ser mencionado en la genealogía del Salvador del Mundo.

Mateo 1, 6.
“Y Jessé engendró al rey David; y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías;...”

La lealtad y fidelidad es esencial para alcanzar la Gloria Eterna, dos atributos que pueden claramente ser identificados en esas pocas líneas descritas en la Biblia sobre la vida de Urías heteo, por lo que sin duda en el cielo nos encontraremos cara a cara con ese valiente que en el mundo no tuvo manifestación de gloria visible ante los demás.

Y si pensamos en impunidad, lo ocurrido a Urías no quedó así, el reinado de David fue nublado en su gloria, sobre todo en los últimos años, debido a una serie de males incesantes ocurridos en su familia y en su círculo cercano de servidores, porque no fue agradable a los ojos de Jehová.  Todo descrito por supuesto en nuestra Biblia.

·        EN RESUMEN

No nos gusta hacer referencias a conclusiones personales, más bien solo hacemos unas observaciones que pueden ayudar a nuestra vida.

Dios revela muchas lecciones en medio de estas circunstancias que podemos ver:

Urías durmió a la Puerta del Rey, es el lugar en que debemos estar siempre, es el lugar de transición, lugar en que vemos lo glorioso del reino y también tenemos visible al mundo.  La puerta marca la división entre lo de Dios y lo del mundo.

Urías nos muestra un carácter especial de humildad, de obediencia, y de fidelidad, precisamente atributos de un verdadero valiente, con un enfoque de servicio y lealtad al Rey (nosotros leales al Rey de Reyes, servidores de Él, no para vanagloria sino para honrar su nombre).

Urías figura de andar en luz (lo oculto en el mundo es revelado por Dios).  El significado de su nombre: “Jehová es mi luz”.  Atributo que debemos tener todos los cristianos.

El galardón y exaltación es para los justos que permanecen; Urías es figura de ello, y precisamente su nombre aparece mencionado en la genealogía de Jesucristo (Mateo 1, 6).

Urías puede representar la figura de Cristo; aunque su mujer, puede representar la figura de la iglesia, que le fuera infiel, el permanece para siempre.

Entonces llegamos a considerar a Urías como uno de los “Fieles y Leales del Reino de Dios”, por lo que su gloria no es en el mundo.


¡Amén!


Edición personal
Ref. Biblia Reina Valera 1865.







sábado, 9 de abril de 2011

"EL PROPÓSITO DE DIOS EN TU VIDA"

Hoy es un día especial como todos, describir el “Propósito de Dios en tu Vida” podría considerarse uno de los temas comunes desde la perspectiva cristiana, tomando en consideración que Dios manifiesta su amor hacia nosotros enviando a su Hijo unigénito para darnos vida eterna, manifiesta en su plan divino de venir a dar vida en abundancia, como un propósito divino.

Regularmente todo evangelista, o cristiano que dentro de sí siente un llamado a servir o incluso gente recién convertida a Cristo lanza sus mensajes hacia los no convertidos con ese enfoque, utilizando quizá las frases más comunes: “Cristo te ama”; “Dios te ama”; “Dios tiene un propósito para ti”; “Dios te trajo a este lugar, porque te ama”; “Dios me dijo que te hablará con un propósito”, “tienes un propósito en la vida”, “hay un plan y propósito de Dios para tu vida”, etc.  Aunque regularmente dichas frases son cortas en cuanto a manifestar la grandeza que encierran; es el término “propósito” que regularmente queda volando en la mente de las personas sin aterrizar ni siquiera en un pensamiento concreto, aunque sea mencionada la salvación.

Juan 3, 16
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Juan 10, 10
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Resumido en dos citas bíblicas entonces podríamos definir el propósito de Dios mediante un plan de salvación por amor a nosotros, los que al aceptar a Jesús como Señor y Salvador, pasamos a ser Hijos de Dios, no por creación sino por convicción.

Ahora Dios nos guiará a profundizar en su palabra para lo cual requiero tu atención en lo que aclaramos del título, “El propósito de Dios en tu vida”, no dice al final de la frase “para tu vida”.  Cambia ligera o profundamente el sentido.  Para nuestra vida hay un plan de salvación concretizado por la venida del Hijo de Dios al mundo.  Ahora en nuestra vida, creo que abarca más allá del tema de salvación y es a donde el Señor nos llevará en este recorrido, a aprender de su palabra para conocer a profundidad el “propósito de Dios”.

En el contexto histórico, desde la formación del mundo, el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios con “el propósito” de señorear sobre seres vivos sobre la tierra, fue embestido para ello (Génesis 1, 26-28), sin embargo el pecado provocó la caída del mismo.  Podríamos decir: ¿Se perdió el propósito de la creación del hombre?, NO, porque Dios en su infinito amor, misericordia y por su gracia mantuvo siempre y dio de nuevo el propósito a través de Cristo.

Israel el pueblo de Dios fue cautivo en Egipto, Dios utilizó a Moisés con el propósito de llevarlo a libertad, habiendo recibido la promesa de ser puestos en la tierra de Canaán (tierra prometida, donde fluye leche y miel).  El propósito fue cumplido, a pesar de todo lo vivido entre adversidad, pecado, apostasía, idolatría, Dios cumplió su promesa a un pueblo rebelde que en el proceso fue corregido varias veces, mediante juicio de amor y disciplina.  Pero en ese mismo contexto histórico ¿qué pasó con Israel?, se posicionó de Canaán, no alcanzó su plenitud y paulatinamente fue olvidándose de Dios. 
Figurativamente puede estar ocurriendo hoy lo mismo, llegamos a Cristo (la tierra prometida) para salvación, pero nos olvidamos que “el propósito” va más allá de ello, es para una vida en abundancia, pero con un enfoque correcto de Dios en nosotros, viviendo nosotros en Él, compartiendo nuestras victorias con el prójimo.

Precisamente nos ocurre lo del pueblo de Dios, que salió de esclavitud, pero llevó en su alma (mente y corazón), costumbres y se volvió a idolatrías y vanas formas de vida (siguió esclavo); pasa en la actualidad algo similar, es el mover de lo religioso, con una incorporación de paganismo y costumbres culturales anexadas que provocan que no se conduzca al camino correcto hacia el propósito de Dios, que sencillamente es vivir con Cristo Jesús y alcanzar su plenitud. Entonces volvemos nuestra mirada al mundo (Egipto).

Para entrar a lo medular del tema, no solamente nos tocará ver “el propósito” con enfoque de amor, gracia y misericordia, sino de arrepentimiento, para apartarse del pecado y obediencia a Dios.


1.   PROPÓSITO MANIFESTADO EN MEDIO DE LA IMPIEDAD

De acuerdo a la explicación que antecede, podemos saber que Dios siempre anunció sus planes al hombre, a su pueblo, y a todos los alcanzados a través de su Palabra, de igual manera lo anuncia hoy y para dicho “propósito”, se ha valido de distintos medios, pero principalmente de profetas mensajeros de Él que dejaron un legado contenido en el manual de vida, La Biblia; ahora entraremos a recibir una palabra de enseñanza pasada y de aplicación actual.

El pueblo de Dios dividido en dos reinos Israel (el reino del norte) y Judá (el reino del sur), es el antecedente histórico que remarca la rebelión de un pueblo escogido especialmente para revelar el mensaje de Dios, pero a causa de su desobediencia vivió separado, esclavizado, perseguido, atribulado, en guerra, persecución, pero todo como consecuencia del proceder de sus reyes, gobernantes, lideres (principalmente los posteriores a Saúl, David y Salomón) y por consiguiente el pueblo.

Los reinos de Israel y Judá estuvieron unidos durante 120 años y estuvieron divididos durante un poco más de 200 años. Luego desapareció Israel y Judá permaneció como nación unos 135 años más. (Libros 1 y 2 de Reyes). 

Lo interesante de mencionar de esta reseña histórica es que Dios siempre a lo largo de todo el tiempo envió profetas a proclamar su mensaje y predicación tanto a Israel como a Judá, partiendo con Elías, Eliseo, Jonás, Amós, y Oseas que lo hicieron a Israel e Isaías, Miqueas, Sofonías, Jeremías, Daniel y Ezequiel que lo hicieron a Judá. (Zacarías, Hageo y Malaquías profetizaron más tarde a los judíos refugiados que habían regresado de Babilonia).  Pero lo importante de ello es que “el propósito” de Dios para su pueblo fue siempre de bendición sobre la base de obediencia, arrepentimiento para justicia y verdad, algo que ha nuestra forma de ver, no se ha alcanzado.

El Apóstol Pablo en su Primera Epístola a los Corintios, 14, 3 dice: Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.”  De esta manera es como hoy debe ser manifiesto “el propósito” de Dios, pero sobre la misma base de obediencia, arrepentimiento, justicia y verdad, y más aún en “creer que Cristo es el Hijo de Dios” enviado para salvación nuestra.
 Ahora ¿porqué referir el término “impiedad” en lo revelado hasta ahora? Lo veremos a continuación.

Jeremías 5, 1
“Recorred las calles de Jerusalén,  y mirad ahora,  e informaos;  buscad en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia, que busque verdad;  y yo la perdonaré.”  (Reina Valera 1960)

Centraremos nuestra atención en el Capítulo 5 completo del libro de Jeremías, partiendo del versículo 1, que tiene como antecedente parecido lo ocurrido en el diálogo de Abraham que apelaba ante Jehová sobre el tema de la destrucción de Sodoma y la posibilidad de que hubieran justos en dicha ciudad.  (Génesis 18, 23-33).

En Jerusalén, sus calles, plazas, o sea en todo lugar concurrido, buscando “hombre”, aunque sea uno, ¿con qué propósito? Para perdonar a la nación de Judá.  Requisitos “justo y verdadero”.  O sea que tenga en su vida el propósito de Dios.

Consultando varias versiones de la biblia encontramos: buscar a un hombre, un varón, una persona, o alguien, que actué con justicia, que quiera ser sincero, que obre lo que es justo, y que procure ser fiel, que obre justicia, que busque fidelidad, que viva rectamente y busque ser fiel, todos esos términos relacionados a lo mismo, EL CUMPLIMIENTO DEL PROPÓSITO DE DIOS.

Miqueas 6, 8
“El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el SEÑOR de ti, Sino sólo practicar la justicia (el derecho), amar la misericordia (lealtad), Y andar humildemente con tu Dios?”   (NBLH Nueva Biblia Latinoamericana Hoy).

“O! hombre, declarado te ha qué sea lo bueno, y qué pida de ti Jehová: Solamente hacer juicio, y amar misericordia, y humillarte para andar con tu Dios.” (Reina Valera 1865)

Ahora leímos lo que dice otro profeta de Dios con respecto a su demanda, o sea el propósito a ser aplicado: Practicar justicia, amar la misericordia, caminar humildemente con Dios.  Encierra los fundamentos principales del cristianismo, sobre bases sólidas, las cuales debemos analizar en nuestra vida, no desde la perspectiva del conocimiento sino de la práctica cotidiana.

Aunque en nuestra Biblia el libro de Jeremías aparece antes que el de Miqueas, este último probablemente profetizó 71 años antes.  Lo importante es ver la relación de la demanda de Dios para en este caso su pueblo, o sea el propósito que tiene sobre nosotros, porque encontramos mucho en común de la profecía, pero remarcaremos esto, la referencia al hombre:  O! hombre…, y si halláis hombre

H120  אָדָם adám; de 119; rojizo, i.e. un ser humano (individuo o la especie, humanidad, etc.):-Adán, común, gente, humano, persona, varón.

H121  אָדָם Adám; lo mismo que 120; Adam, nombre del primer hombre, también lugar en Pal.:-Adam, Adán. (Diccionario Strong en Español).

Hombre, la palabra hebrea, vemos que la aplicación viene desde Adán, Adám; al ser humano, o sea a nosotros; porque también somos descendencia del primer hombre sobre la tierra.

Vamos al evangelio para encontrar el propósito de Dios en nuestra vida.  Leamos las palabras de Cristo al responder sobre la interrogante planteada por un fariseo intérprete de la Ley:

Mateo 22, 37-40
“Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente.
Este es el primero y el grande mandamiento.
Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley, y los profetas.”

Justamente Cristo vino al mundo, para hacer ver a la humanidad de la impiedad, pecado, mal proceder y sobre todo, a manifestar que es a través de Él que el propósito de Dios se hace vida en nosotros, por medio del nuevo pacto en Él.


2.   PROPÓSITO EXTRAVIADO.

En mucho se evidencia que el Pueblo de Israel (incluyendo Judá y por consiguiente Jerusalén) se extravió por completo del propósito, a pesar de las muchas manifestaciones de la misericordia y amor de Dios hacia ellos a lo largo de su historia, desde Abraham, hasta el tiempo de la destrucción de Jerusalén y caída de Judá.  Vemos más de lo que Dios manifiesta a través de Jeremías en el Capítulo 5.

La instrucción de Jehová a Jeremías fue precisa: ir en busca del hombre justo y verdadero para perdonar a Jerusalén y Judá, pero no halló a nadie recto y piadoso. El Señor cierra esa instrucción con lo siguiente:
Versículo 2 “Aunque digan: Vive Jehová, juran falsamente.”

La expresión ¡Vive Jehová! Es sinónimo de ¡jurar por Dios!, pero es algo que Dios sabía de antemano que ocurría.  ¿En la actualidad reverenciamos el nombre de Dios, tenemos conocimiento de la implicación que conlleva tomar su nombre?

Éxodo 20, 7
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.” 
Levítico 19, 12
“Y no juraréis en mi nombre con mentira: ni ensuciarás el nombre de tu Dios: Yo Jehová. (Reina Valera 1865)

Luego de la instrucción habla el profeta sobre la presencia de Dios, aludiendo su dominio soberano sobre todo ser viviente y su creación. Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad?  La expresión “tus ojos” refieren a eso, Dios tiene sus ojos sobre los que hacen mal, pero principalmente también sobre los justos y los que le temen (Jueces 2, 11; Job 36, 7; Salmos 33, 18); soberanía de Dios.

El Señor conocía el carácter del pueblo, sabia de sus disfraces, la expresión “endurecieron sus rostros más que la piedra”  es la manifestación clara de rebelión.

La equivalencia de Rebelión en el diccionario Hebreo es la siguiente:
“H4878   מְשׁוּבָה meshubá; o  מְשֻׁבָה meshubá; de 7725; apostasía:-desvío, rebelde, rebeldía, rebelión.”
Tiene además otras connotaciones mencionadas: deslealtades. Volverse, apartarse, desertar, infidelidad, apostasía, deslealtad; volver a caer, reincidir. Este sustantivo se encuentra 12 veces en el Antiguo Testamento y sólo en Jeremías aparece nueve de ellas. Su raíz es shub un verbo que significa «volver, retornar o arrepentimiento». Si el arrepentimiento implica «volverse», la apostasía refleja el «apartarse» o «darle la espalda» a Dios. Dios invita misericordiosamente al apóstata en Jer_3:12, Jer_3:15, Jer_3:22. En este último versículo, Dios considera la apostasía como una condición que requiere sanidad.

La búsqueda del profeta comenzó con los pobres, pero su condición los tenía en ignorancia por desconocimiento del camino de Jehová y el juicio de su Dios, se menciona han enloquecido.

Luego ir a los grandes está referido a príncipes, jefes, sacerdotes, dirigentes, o sea gente de una mejor posición, “porque ellos conocen el camino de Jehová, el juicio de Dios.”  Pero, ellos “quebraron el yugo, rompieron las coyunturas”.

La condición de un pueblo era, los pobres ignorantes perversos, porque sus obras estaban en tinieblas, pero es importante remarcar que con todos los antecedentes de su pueblo eran ignorantes por decisión propia, por lo que no tenía excusa. Los grandes, los ricos los de mejor posición eran insolentes, altivos y pervertidores de los favores de Dios, lo que los hacía empeorar sus pecados.  Ojo que al hablar de pobreza y riqueza debemos ir más allá de situación económica.

Al traer estos dos últimos párrafos al mover actual, efectivamente tienen similitudes, aunque es preciso mencionar que existen pobres de Dios que, a pesar de su pobreza, conocen el camino del Señor, se conducen en él y cumplen su deber.  De igual manera puede haber entre los grandes.

Ahora qué papel juega la sociedad más acomodada, la que dice conocer los caminos de Dios, pero con su acción pervierten dicho camino, y más allá de conducir al pueblo a luz la desvían con falsedad, perversión y abusos.

Tito 1, 16
“Profésanse conocer a Dios, mas con los hechos le niegan; siendo abominables y rebeldes, y reprobados para toda buena obra.” (Reina Valera 1865).

Siguiendo con Jeremías 5, en el simbolismo hebreo la mención de animales salvajes era figura de juicio divino; el león, el lobo el leopardo mencionados cada uno representa parte del juicio y puede evidenciarse hasta Satanás (enemigo como León rugiente…).

La referencia al adulterio, mención de rameras representan la idolatría.  Uno de los artificios principales Satanás es hacer creer que Dios no será estricto como dice su palabra.  Los pecadores no quieren reconocer como Palabra de Dios todo lo que tiende a separarlos de sus pecados o intranquilizarlos mientras están en ellos.  De esto habla Dios (Versículos 9 al 11).

La condición de Judá y Jerusalén llego al extremo de un ateísmo práctico (versículos 12, 13), negaron atender palabra del verdadero profeta (fuego consumidor) en cambio recibieron palabra como viento que va sin rumbo, con lo cual acarrearon juicio (palabra profética = fuego; falsa profecía = viento sin rumbo).

Lo descrito en los versículos del 14 al 18 enseña que podemos atraer problemas desde lugares y causas remotas, gente de babilonia para comerse el alimento nuestro.
Pero en medio de todo hay algo especial descrito: “No obstante, en aquellos días, dice Jehová, no os destruiré del todo.”  La misericordia de Dios se manifiesta, en medio de todo preserva, no corta de raíz.  Trasladado a lo actual pensemos en ese remanente, en lo escogido que está llegando y llegará.  No olvidemos el pacto de Dios con Israel por lo cual proclama santidad y desagrado con el pecado, mientras salva al pecador.

Salmo 89, 30-35
“Si dejaren sus hijos mi ley; y no anduvieren en mis juicios; Si profanaren mis estatutos; y no guardaren mis mandamientos,  Entonces visitaré con vara su rebelión, y con azotes sus iniquidades.
 Mas mi misericordia no la quitaré de él: ni falsearé mi verdad.
No profanaré mi concierto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios.  Una vez juré por mi santuario: No mentiré a David.” (Reina Valera 1865)

Entonces hemos visto en Jeremías 5, “Propósito” descrito en el pacto de Dios con su Pueblo, “castigo”, por la rebeldía del pueblo y “misericordia” en medio de todo, porque Dios no falla nunca, honra sus pactos.

Ahora veamos lo revelado en los versículos del 19 al 31.

El corazón altivo no reconocen su condición, al extremo de acusar a Dios de injusto en su aflicción, pero llegará el momento de leer su pecado en medio de su castigo.  Por eso no tratemos de indagar por que ocurren algunas veces cosas duras, primero debemos examinar nuestra condición personal y pedirle a Dios que nos libre de caer en la condición del pueblo de Judá: “Oíd ahora esto, pueblo necio, y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye: ¿A mí no me temeréis?...”

Isaías 6, 10
“Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda; ni se convierta, y [haya] para él sanidad.” (Reina Valera 2000).

La rebeldía extrema es no reconocer la omnipotencia de Dios, que hasta las inquietas olas del mar obedecen el decreto divino de no traspasar las costas arenosas puestas como freno.  El pueblo había quebrantado toda restricción de la Ley de Dios y estaba volcado totalmente a iniquidad.

Además vemos, que Dios en su misericordia llevaba siempre la lluvia en su tiempo y establecía espacio para la cosecha, el pueblo, era hombres viviendo de la generosidad de Dios, sin embargo pecaron contra Él.  Hoy en día debemos saber que todo pecado es el que priva de la verdadera bendición de Dios.  “Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien.” (Reina Valera 1960).

Los Versículos 26-29 hacen clara referencia a las cosas del mundo, que no son las mejores, pero las ideas humanas hacen pensar muchas veces, que como es tolerable la prosperidad de los impíos principalmente en la acumulación de riquezas. Pensar que Dios respalda esas prácticas es totalmente errado, porque aunque la sentencia contra las malas obras no se ejecute con prontitud, será ejecutada, por eso la referencia ¿No castigaré esto?, es por demás clara, que habla de certeza y necesidad de los juicios de Dios.

Por último se habla de todo lo feo que se hace en la tierra, la falsedad que abarca lo religioso, la falsa profecía, mentiras, fundamentos doctrinales humanos, liderazgo corrompido, en las iglesias y a todo nivel; es evidente, todo aplicado a lo actual, pero en la sentencia al pueblo de Dios fue porque ellos así lo quisieron.  ¿Qué pues, haréis cuando llegue el fin?

El cierre con esa interrogante planteada por el profeta, es precisamente una reflexión para todos los que podemos andar en malos caminos, para considerar que vendrá un final, y que habrá amargura en el final postrero.

Que más podríamos decir de la revelación de Jeremías 5; mucho, pero lo dicho aquí no representa una palabra de consuelo pero si de exhortación a reflexionar y vivir conforme al camino que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús.

Entonces: ¿el propósito fue extraviado?  Sí, por el pueblo rebelde, pero nunca anulado para un remanente.  Canaán era de ellos solo por virtud de la relación del pacto con Dios, pero por las violaciones persistentes de las provisiones de esa alianza, habían rechazado su derecho sobre esa tierra.  La cautividad era inevitable, no como castigo por la rebelión, sino como disciplina curativa.

Le tocó a Jeremías explicar las razones del cautiverio y animar a la gente de Jerusalén y la nación de Judá a cooperar con el plan de Dios en esa experiencia. Una y otra vez, mediante Jeremías, Dios rogó a su pueblo que se sometiera al rey de Babilonia y estuviera dispuesto a aprender la lección que esta amarga experiencia debía enseñarles.
La 1ª cautividad ocurrió en el año 605 a.C., al rehusarse a cooperar, una 2ª cautividad sucedió en el año 597 a.C., y luego una 3ª en el 586 a.C.

“ES NECESARIO QUE TODO ACONTEZCA PARA CUMPLIR CON EL PROPÓSITO…”

Jeremías 15, 19-20
“Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca.  Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.
Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelarán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová.”

La actitud del profeta: En apariencia Jeremías se cansó de hacer el ridículo.  Aborrecía tener que estar solo contra toda la multitud.  Le dijo a Dios lo que sentía.  Pero igual OBEDECIÒ A DIOS y al final su mensaje profético fue certero.  Resulto ser Jeremías más grande que aquellos reyes en palacios lujosos que lo pusieron en prisión y quemaron sus escritos.
Aquellos que han sido llamados por Dios a pregonar su mensaje, aunque sientan temor e inseguridad, si en su corazón arde ese mensaje, atiendan, crean  y accionen, sin olvidar la promesa.  “No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová” (Jeremías 1, 8).

3.   EL PROPÓSITO EN UN NUEVO PACTO.

El reencuentro del propósito fue a través del pacto perfecto sellado con sangre de Cristo Jesús en la cruz, por medio del cual somos todos incluidos para salvación y ser aceptados como Hijos de Dios por medio de Él.

Pero todo lleva un proceso en que la soberanía de Jehová es manifiesta y se evidencia por mucho, el amor de Dios por su pueblo, al haber enviado a su Hijo Unigénito con un “propósito” establecido.

Encontramos una revelación preciosa precisamente el Evangelio Según San Mateo; Jesús había comenzado su ministerio terrenal, enseñando, sanando y predicando el evangelio del Reino, pero se remarca claramente “un propósito de Dios” aquí:

Mateo 15, 24
“Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”.

Esa fue la respuesta clara de Jesús, ante la petición de una mujer cananea (no judía), de liberación de su hija endemoniada.  Según se lee, fue enviado con el propósito de encontrar las ovejas perdidas del pueblo de Dios.

Hay muchos remas impresionantes que podemos encontrar en esta palabra: La fe de una mujer “gentil”, la perseverancia, la humildad, el creer, hasta alcanzar por su fe el objetivo que se había planteado.  Aquí hay mucha virtud que debemos tomar como modelo para los verdaderos servidores del Reino de Dios. (La fe de la mujer cananea: San Mateo 15, 21-28)

Que más decir, en cuanto al claro propósito manifestado por el propio Cristo.  Veamos un proceso hermoso para nosotros.

Mateo 10, 5-7
“A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id ANTES a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.” 

El propósito de Dios, es su pueblo, los del pacto original, aunque está remarcado aquí algo que da luz a nuestra vida.  Id ANTES; los planes de Dios son perfectos:

Hechos, 13, 46-47
“Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.
Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.”
Un propósito ampliado conforme al Plan perfecto de Dios.  Inclusión de todos, la comisión original a sus discípulos pasó, la comisión de la Iglesia de Cristo es manifestada por el Apóstol Pablo.

Romanos 15, 7-12
“Por tanto, sobrellevaos los unos a los otros, como también el Cristo nos sobrellevó, para gloria de Dios.
 Digo, pues, que el Cristo Jesús fue Ministro de la Circuncisión, por la verdad de Dios para confirmar las promesas de los padres, pero que los gentiles glorifiquen a Dios por la misericordia; como está escrito: Por tanto yo te confesaré [a ti] entre los gentiles, y cantaré a tu Nombre.
Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo.
Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle, todos los pueblos.
Y otra vez, dice Isaías: Estará la raíz de Jessé, y el que se levantará a regir los gentiles; los gentiles esperarán [la salvación] en él.”

Efesios 1, 11-12
“En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”.

Un propósito en camino de plenitud, en el cual hay llamado a ¡glorificar a Dios!, señal para nosotros de ser parte del reino de Dios, que es en justicia, paz y “gozo” en el Espíritu Santo.

Algunos encontrarán “El propósito de Dios para su vida”, la salvación por la misericordia de Dios, como lo ocurrido a su pueblo rebelde, llamado y corregido en justicia divina para obediencia.

Otros en cambio encontrarán “El propósito de Dios en su vida”; a estos últimos el llamado de Dios es especial, somos escogidos, somos transformados, estamos en Cristo, y tenemos dentro de nosotros el propósito de Dios, con un modelo especial de los verdaderos apóstoles de Cristo.

Romanos 15, 20-21
“Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de Él, verán; Y los que nunca han oído de Él, entenderán”.

El propósito perfeccionado en la gracia de Cristo Jesús; los llamados, aquellos sellados, con el ADN de Cristo dentro de sí, han de saber y han de sentir por el Espíritu Santo que hay una comisión que cumplir, para ser parte del propósito perfecto.

“Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2, 10).

“Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en Él;…” (Efesios 3, 11, 12).

“Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas de la ciudad”. (Apocalipsis 22, 14).

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas EN LAS IGLESIAS. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.” (Apocalipsis 22, 16).

¡Amén!

Referencia:
Edición personal
Por instrucción de Dios.