Hoy es un día especial como todos, describir el “Propósito de Dios en tu Vida” podría considerarse uno de los temas comunes desde la perspectiva cristiana, tomando en consideración que Dios manifiesta su amor hacia nosotros enviando a su Hijo unigénito para darnos vida eterna, manifiesta en su plan divino de venir a dar vida en abundancia, como un propósito divino.
Regularmente todo evangelista, o cristiano que dentro de sí siente un llamado a servir o incluso gente recién convertida a Cristo lanza sus mensajes hacia los no convertidos con ese enfoque, utilizando quizá las frases más comunes: “Cristo te ama”; “Dios te ama”; “Dios tiene un propósito para ti”; “Dios te trajo a este lugar, porque te ama”; “Dios me dijo que te hablará con un propósito”, “tienes un propósito en la vida”, “hay un plan y propósito de Dios para tu vida”, etc. Aunque regularmente dichas frases son cortas en cuanto a manifestar la grandeza que encierran; es el término “propósito” que regularmente queda volando en la mente de las personas sin aterrizar ni siquiera en un pensamiento concreto, aunque sea mencionada la salvación.
Juan 3, 16
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Juan 10, 10
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Resumido en dos citas bíblicas entonces podríamos definir el propósito de Dios mediante un plan de salvación por amor a nosotros, los que al aceptar a Jesús como Señor y Salvador, pasamos a ser Hijos de Dios, no por creación sino por convicción.
Ahora Dios nos guiará a profundizar en su palabra para lo cual requiero tu atención en lo que aclaramos del título, “El propósito de Dios en tu vida”, no dice al final de la frase “para tu vida”. Cambia ligera o profundamente el sentido. Para nuestra vida hay un plan de salvación concretizado por la venida del Hijo de Dios al mundo. Ahora en nuestra vida, creo que abarca más allá del tema de salvación y es a donde el Señor nos llevará en este recorrido, a aprender de su palabra para conocer a profundidad el “propósito de Dios”.
En el contexto histórico, desde la formación del mundo, el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios con “el propósito” de señorear sobre seres vivos sobre la tierra, fue embestido para ello (Génesis 1, 26-28), sin embargo el pecado provocó la caída del mismo. Podríamos decir: ¿Se perdió el propósito de la creación del hombre?, NO, porque Dios en su infinito amor, misericordia y por su gracia mantuvo siempre y dio de nuevo el propósito a través de Cristo.
Israel el pueblo de Dios fue cautivo en Egipto, Dios utilizó a Moisés con el propósito de llevarlo a libertad, habiendo recibido la promesa de ser puestos en la tierra de Canaán (tierra prometida, donde fluye leche y miel). El propósito fue cumplido, a pesar de todo lo vivido entre adversidad, pecado, apostasía, idolatría, Dios cumplió su promesa a un pueblo rebelde que en el proceso fue corregido varias veces, mediante juicio de amor y disciplina. Pero en ese mismo contexto histórico ¿qué pasó con Israel?, se posicionó de Canaán, no alcanzó su plenitud y paulatinamente fue olvidándose de Dios.
Figurativamente puede estar ocurriendo hoy lo mismo, llegamos a Cristo (la tierra prometida) para salvación, pero nos olvidamos que “el propósito” va más allá de ello, es para una vida en abundancia, pero con un enfoque correcto de Dios en nosotros, viviendo nosotros en Él, compartiendo nuestras victorias con el prójimo.
Precisamente nos ocurre lo del pueblo de Dios, que salió de esclavitud, pero llevó en su alma (mente y corazón), costumbres y se volvió a idolatrías y vanas formas de vida (siguió esclavo); pasa en la actualidad algo similar, es el mover de lo religioso, con una incorporación de paganismo y costumbres culturales anexadas que provocan que no se conduzca al camino correcto hacia el propósito de Dios, que sencillamente es vivir con Cristo Jesús y alcanzar su plenitud. Entonces volvemos nuestra mirada al mundo (Egipto).
Para entrar a lo medular del tema, no solamente nos tocará ver “el propósito” con enfoque de amor, gracia y misericordia, sino de arrepentimiento, para apartarse del pecado y obediencia a Dios.
1. PROPÓSITO MANIFESTADO EN MEDIO DE LA IMPIEDAD
De acuerdo a la explicación que antecede, podemos saber que Dios siempre anunció sus planes al hombre, a su pueblo, y a todos los alcanzados a través de su Palabra, de igual manera lo anuncia hoy y para dicho “propósito”, se ha valido de distintos medios, pero principalmente de profetas mensajeros de Él que dejaron un legado contenido en el manual de vida, La Biblia; ahora entraremos a recibir una palabra de enseñanza pasada y de aplicación actual.
El pueblo de Dios dividido en dos reinos Israel (el reino del norte) y Judá (el reino del sur), es el antecedente histórico que remarca la rebelión de un pueblo escogido especialmente para revelar el mensaje de Dios, pero a causa de su desobediencia vivió separado, esclavizado, perseguido, atribulado, en guerra, persecución, pero todo como consecuencia del proceder de sus reyes, gobernantes, lideres (principalmente los posteriores a Saúl, David y Salomón) y por consiguiente el pueblo.
Los reinos de Israel y Judá estuvieron unidos durante 120 años y estuvieron divididos durante un poco más de 200 años. Luego desapareció Israel y Judá permaneció como nación unos 135 años más. (Libros 1 y 2 de Reyes).
Lo interesante de mencionar de esta reseña histórica es que Dios siempre a lo largo de todo el tiempo envió profetas a proclamar su mensaje y predicación tanto a Israel como a Judá, partiendo con Elías, Eliseo, Jonás, Amós, y Oseas que lo hicieron a Israel e Isaías, Miqueas, Sofonías, Jeremías, Daniel y Ezequiel que lo hicieron a Judá. (Zacarías, Hageo y Malaquías profetizaron más tarde a los judíos refugiados que habían regresado de Babilonia). Pero lo importante de ello es que “el propósito” de Dios para su pueblo fue siempre de bendición sobre la base de obediencia, arrepentimiento para justicia y verdad, algo que ha nuestra forma de ver, no se ha alcanzado.
El Apóstol Pablo en su Primera Epístola a los Corintios, 14, 3 dice: “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.” De esta manera es como hoy debe ser manifiesto “el propósito” de Dios, pero sobre la misma base de obediencia, arrepentimiento, justicia y verdad, y más aún en “creer que Cristo es el Hijo de Dios” enviado para salvación nuestra.
Ahora ¿porqué referir el término “impiedad” en lo revelado hasta ahora? Lo veremos a continuación.
Jeremías 5, 1
“Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia, que busque verdad; y yo la perdonaré.” (Reina Valera 1960)
Centraremos nuestra atención en el Capítulo 5 completo del libro de Jeremías, partiendo del versículo 1, que tiene como antecedente parecido lo ocurrido en el diálogo de Abraham que apelaba ante Jehová sobre el tema de la destrucción de Sodoma y la posibilidad de que hubieran justos en dicha ciudad. (Génesis 18, 23-33).
En Jerusalén, sus calles, plazas, o sea en todo lugar concurrido, buscando “hombre”, aunque sea uno, ¿con qué propósito? Para perdonar a la nación de Judá. Requisitos “justo y verdadero”. O sea que tenga en su vida el propósito de Dios.
Consultando varias versiones de la biblia encontramos: buscar a un hombre, un varón, una persona, o alguien, que actué con justicia, que quiera ser sincero, que obre lo que es justo, y que procure ser fiel, que obre justicia, que busque fidelidad, que viva rectamente y busque ser fiel, todos esos términos relacionados a lo mismo, EL CUMPLIMIENTO DEL PROPÓSITO DE DIOS.
Miqueas 6, 8
“El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el SEÑOR de ti, Sino sólo practicar la justicia (el derecho), amar la misericordia (lealtad), Y andar humildemente con tu Dios?” (NBLH Nueva Biblia Latinoamericana Hoy).
“O! hombre, declarado te ha qué sea lo bueno, y qué pida de ti Jehová: Solamente hacer juicio, y amar misericordia, y humillarte para andar con tu Dios.” (Reina Valera 1865)
Ahora leímos lo que dice otro profeta de Dios con respecto a su demanda, o sea el propósito a ser aplicado: Practicar justicia, amar la misericordia, caminar humildemente con Dios. Encierra los fundamentos principales del cristianismo, sobre bases sólidas, las cuales debemos analizar en nuestra vida, no desde la perspectiva del conocimiento sino de la práctica cotidiana.
Aunque en nuestra Biblia el libro de Jeremías aparece antes que el de Miqueas, este último probablemente profetizó 71 años antes. Lo importante es ver la relación de la demanda de Dios para en este caso su pueblo, o sea el propósito que tiene sobre nosotros, porque encontramos mucho en común de la profecía, pero remarcaremos esto, la referencia al hombre: O! hombre…, y si halláis hombre…
H120 אָדָם adám; de 119; rojizo, i.e. un ser humano (individuo o la especie, humanidad, etc.):-Adán, común, gente, humano, persona, varón.
H121 אָדָם Adám; lo mismo que 120; Adam, nombre del primer hombre, también lugar en Pal.:-Adam, Adán. (Diccionario Strong en Español).
Hombre, la palabra hebrea, vemos que la aplicación viene desde Adán, Adám; al ser humano, o sea a nosotros; porque también somos descendencia del primer hombre sobre la tierra.
Vamos al evangelio para encontrar el propósito de Dios en nuestra vida. Leamos las palabras de Cristo al responder sobre la interrogante planteada por un fariseo intérprete de la Ley:
Mateo 22, 37-40
“Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente.
Este es el primero y el grande mandamiento.
Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley, y los profetas.”
Justamente Cristo vino al mundo, para hacer ver a la humanidad de la impiedad, pecado, mal proceder y sobre todo, a manifestar que es a través de Él que el propósito de Dios se hace vida en nosotros, por medio del nuevo pacto en Él.
2. PROPÓSITO EXTRAVIADO.
En mucho se evidencia que el Pueblo de Israel (incluyendo Judá y por consiguiente Jerusalén) se extravió por completo del propósito, a pesar de las muchas manifestaciones de la misericordia y amor de Dios hacia ellos a lo largo de su historia, desde Abraham, hasta el tiempo de la destrucción de Jerusalén y caída de Judá. Vemos más de lo que Dios manifiesta a través de Jeremías en el Capítulo 5.
La instrucción de Jehová a Jeremías fue precisa: ir en busca del hombre justo y verdadero para perdonar a Jerusalén y Judá, pero no halló a nadie recto y piadoso. El Señor cierra esa instrucción con lo siguiente:
Versículo 2 “Aunque digan: Vive Jehová, juran falsamente.”
La expresión ¡Vive Jehová! Es sinónimo de ¡jurar por Dios!, pero es algo que Dios sabía de antemano que ocurría. ¿En la actualidad reverenciamos el nombre de Dios, tenemos conocimiento de la implicación que conlleva tomar su nombre?
Éxodo 20, 7
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.”
Levítico 19, 12
“Y no juraréis en mi nombre con mentira: ni ensuciarás el nombre de tu Dios: Yo Jehová. (Reina Valera 1865)
Luego de la instrucción habla el profeta sobre la presencia de Dios, aludiendo su dominio soberano sobre todo ser viviente y su creación. Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? La expresión “tus ojos” refieren a eso, Dios tiene sus ojos sobre los que hacen mal, pero principalmente también sobre los justos y los que le temen (Jueces 2, 11; Job 36, 7; Salmos 33, 18); soberanía de Dios.
El Señor conocía el carácter del pueblo, sabia de sus disfraces, la expresión “endurecieron sus rostros más que la piedra” es la manifestación clara de rebelión.
La equivalencia de Rebelión en el diccionario Hebreo es la siguiente:
“H4878 מְשׁוּבָה meshubá; o מְשֻׁבָה meshubá; de 7725; apostasía:-desvío, rebelde, rebeldía, rebelión.”
Tiene además otras connotaciones mencionadas: deslealtades. Volverse, apartarse, desertar, infidelidad, apostasía, deslealtad; volver a caer, reincidir. Este sustantivo se encuentra 12 veces en el Antiguo Testamento y sólo en Jeremías aparece nueve de ellas. Su raíz es shub un verbo que significa «volver, retornar o arrepentimiento». Si el arrepentimiento implica «volverse», la apostasía refleja el «apartarse» o «darle la espalda» a Dios. Dios invita misericordiosamente al apóstata en Jer_3:12, Jer_3:15, Jer_3:22. En este último versículo, Dios considera la apostasía como una condición que requiere sanidad.
La búsqueda del profeta comenzó con los pobres, pero su condición los tenía en ignorancia por desconocimiento del camino de Jehová y el juicio de su Dios, se menciona han enloquecido.
Luego ir a los grandes está referido a príncipes, jefes, sacerdotes, dirigentes, o sea gente de una mejor posición, “porque ellos conocen el camino de Jehová, el juicio de Dios.” Pero, ellos “quebraron el yugo, rompieron las coyunturas”.
La condición de un pueblo era, los pobres ignorantes perversos, porque sus obras estaban en tinieblas, pero es importante remarcar que con todos los antecedentes de su pueblo eran ignorantes por decisión propia, por lo que no tenía excusa. Los grandes, los ricos los de mejor posición eran insolentes, altivos y pervertidores de los favores de Dios, lo que los hacía empeorar sus pecados. Ojo que al hablar de pobreza y riqueza debemos ir más allá de situación económica.
Al traer estos dos últimos párrafos al mover actual, efectivamente tienen similitudes, aunque es preciso mencionar que existen pobres de Dios que, a pesar de su pobreza, conocen el camino del Señor, se conducen en él y cumplen su deber. De igual manera puede haber entre los grandes.
Ahora qué papel juega la sociedad más acomodada, la que dice conocer los caminos de Dios, pero con su acción pervierten dicho camino, y más allá de conducir al pueblo a luz la desvían con falsedad, perversión y abusos.
Tito 1, 16
“Profésanse conocer a Dios, mas con los hechos le niegan; siendo abominables y rebeldes, y reprobados para toda buena obra.” (Reina Valera 1865).
Siguiendo con Jeremías 5, en el simbolismo hebreo la mención de animales salvajes era figura de juicio divino; el león, el lobo el leopardo mencionados cada uno representa parte del juicio y puede evidenciarse hasta Satanás (enemigo como León rugiente…).
La referencia al adulterio, mención de rameras representan la idolatría. Uno de los artificios principales Satanás es hacer creer que Dios no será estricto como dice su palabra. Los pecadores no quieren reconocer como Palabra de Dios todo lo que tiende a separarlos de sus pecados o intranquilizarlos mientras están en ellos. De esto habla Dios (Versículos 9 al 11).
La condición de Judá y Jerusalén llego al extremo de un ateísmo práctico (versículos 12, 13), negaron atender palabra del verdadero profeta (fuego consumidor) en cambio recibieron palabra como viento que va sin rumbo, con lo cual acarrearon juicio (palabra profética = fuego; falsa profecía = viento sin rumbo).
Lo descrito en los versículos del 14 al 18 enseña que podemos atraer problemas desde lugares y causas remotas, gente de babilonia para comerse el alimento nuestro.
Pero en medio de todo hay algo especial descrito: “No obstante, en aquellos días, dice Jehová, no os destruiré del todo.” La misericordia de Dios se manifiesta, en medio de todo preserva, no corta de raíz. Trasladado a lo actual pensemos en ese remanente, en lo escogido que está llegando y llegará. No olvidemos el pacto de Dios con Israel por lo cual proclama santidad y desagrado con el pecado, mientras salva al pecador.
Salmo 89, 30-35
“Si dejaren sus hijos mi ley; y no anduvieren en mis juicios; Si profanaren mis estatutos; y no guardaren mis mandamientos, Entonces visitaré con vara su rebelión, y con azotes sus iniquidades.
Mas mi misericordia no la quitaré de él: ni falsearé mi verdad.
No profanaré mi concierto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Una vez juré por mi santuario: No mentiré a David.” (Reina Valera 1865)
Entonces hemos visto en Jeremías 5, “Propósito” descrito en el pacto de Dios con su Pueblo, “castigo”, por la rebeldía del pueblo y “misericordia” en medio de todo, porque Dios no falla nunca, honra sus pactos.
Ahora veamos lo revelado en los versículos del 19 al 31.
El corazón altivo no reconocen su condición, al extremo de acusar a Dios de injusto en su aflicción, pero llegará el momento de leer su pecado en medio de su castigo. Por eso no tratemos de indagar por que ocurren algunas veces cosas duras, primero debemos examinar nuestra condición personal y pedirle a Dios que nos libre de caer en la condición del pueblo de Judá: “Oíd ahora esto, pueblo necio, y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye: ¿A mí no me temeréis?...”
Isaías 6, 10
“Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda; ni se convierta, y [haya] para él sanidad.” (Reina Valera 2000).
La rebeldía extrema es no reconocer la omnipotencia de Dios, que hasta las inquietas olas del mar obedecen el decreto divino de no traspasar las costas arenosas puestas como freno. El pueblo había quebrantado toda restricción de la Ley de Dios y estaba volcado totalmente a iniquidad.
Además vemos, que Dios en su misericordia llevaba siempre la lluvia en su tiempo y establecía espacio para la cosecha, el pueblo, era hombres viviendo de la generosidad de Dios, sin embargo pecaron contra Él. Hoy en día debemos saber que todo pecado es el que priva de la verdadera bendición de Dios. “Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien.” (Reina Valera 1960).
Los Versículos 26-29 hacen clara referencia a las cosas del mundo, que no son las mejores, pero las ideas humanas hacen pensar muchas veces, que como es tolerable la prosperidad de los impíos principalmente en la acumulación de riquezas. Pensar que Dios respalda esas prácticas es totalmente errado, porque aunque la sentencia contra las malas obras no se ejecute con prontitud, será ejecutada, por eso la referencia ¿No castigaré esto?, es por demás clara, que habla de certeza y necesidad de los juicios de Dios.
Por último se habla de todo lo feo que se hace en la tierra, la falsedad que abarca lo religioso, la falsa profecía, mentiras, fundamentos doctrinales humanos, liderazgo corrompido, en las iglesias y a todo nivel; es evidente, todo aplicado a lo actual, pero en la sentencia al pueblo de Dios fue porque ellos así lo quisieron. ¿Qué pues, haréis cuando llegue el fin?
El cierre con esa interrogante planteada por el profeta, es precisamente una reflexión para todos los que podemos andar en malos caminos, para considerar que vendrá un final, y que habrá amargura en el final postrero.
Que más podríamos decir de la revelación de Jeremías 5; mucho, pero lo dicho aquí no representa una palabra de consuelo pero si de exhortación a reflexionar y vivir conforme al camino que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús.
Entonces: ¿el propósito fue extraviado? Sí, por el pueblo rebelde, pero nunca anulado para un remanente. Canaán era de ellos solo por virtud de la relación del pacto con Dios, pero por las violaciones persistentes de las provisiones de esa alianza, habían rechazado su derecho sobre esa tierra. La cautividad era inevitable, no como castigo por la rebelión, sino como disciplina curativa.
Le tocó a Jeremías explicar las razones del cautiverio y animar a la gente de Jerusalén y la nación de Judá a cooperar con el plan de Dios en esa experiencia. Una y otra vez, mediante Jeremías, Dios rogó a su pueblo que se sometiera al rey de Babilonia y estuviera dispuesto a aprender la lección que esta amarga experiencia debía enseñarles.
La 1ª cautividad ocurrió en el año 605 a.C., al rehusarse a cooperar, una 2ª cautividad sucedió en el año 597 a.C., y luego una 3ª en el 586 a.C.
“ES NECESARIO QUE TODO ACONTEZCA PARA CUMPLIR CON EL PROPÓSITO…”
Jeremías 15, 19-20
“Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.
Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelarán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová.”
La actitud del profeta: En apariencia Jeremías se cansó de hacer el ridículo. Aborrecía tener que estar solo contra toda la multitud. Le dijo a Dios lo que sentía. Pero igual OBEDECIÒ A DIOS y al final su mensaje profético fue certero. Resulto ser Jeremías más grande que aquellos reyes en palacios lujosos que lo pusieron en prisión y quemaron sus escritos.
Aquellos que han sido llamados por Dios a pregonar su mensaje, aunque sientan temor e inseguridad, si en su corazón arde ese mensaje, atiendan, crean y accionen, sin olvidar la promesa. “No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová” (Jeremías 1, 8).
3. EL PROPÓSITO EN UN NUEVO PACTO.
El reencuentro del propósito fue a través del pacto perfecto sellado con sangre de Cristo Jesús en la cruz, por medio del cual somos todos incluidos para salvación y ser aceptados como Hijos de Dios por medio de Él.
Pero todo lleva un proceso en que la soberanía de Jehová es manifiesta y se evidencia por mucho, el amor de Dios por su pueblo, al haber enviado a su Hijo Unigénito con un “propósito” establecido.
Encontramos una revelación preciosa precisamente el Evangelio Según San Mateo; Jesús había comenzado su ministerio terrenal, enseñando, sanando y predicando el evangelio del Reino, pero se remarca claramente “un propósito de Dios” aquí:
Mateo 15, 24
“Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”.
Esa fue la respuesta clara de Jesús, ante la petición de una mujer cananea (no judía), de liberación de su hija endemoniada. Según se lee, fue enviado con el propósito de encontrar las ovejas perdidas del pueblo de Dios.
Hay muchos remas impresionantes que podemos encontrar en esta palabra: La fe de una mujer “gentil”, la perseverancia, la humildad, el creer, hasta alcanzar por su fe el objetivo que se había planteado. Aquí hay mucha virtud que debemos tomar como modelo para los verdaderos servidores del Reino de Dios. (La fe de la mujer cananea: San Mateo 15, 21-28)
Que más decir, en cuanto al claro propósito manifestado por el propio Cristo. Veamos un proceso hermoso para nosotros.
Mateo 10, 5-7
“A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id ANTES a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.”
El propósito de Dios, es su pueblo, los del pacto original, aunque está remarcado aquí algo que da luz a nuestra vida. Id ANTES; los planes de Dios son perfectos:
Hechos, 13, 46-47
“Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.
Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.”
Un propósito ampliado conforme al Plan perfecto de Dios. Inclusión de todos, la comisión original a sus discípulos pasó, la comisión de la Iglesia de Cristo es manifestada por el Apóstol Pablo.
Romanos 15, 7-12
“Por tanto, sobrellevaos los unos a los otros, como también el Cristo nos sobrellevó, para gloria de Dios.
Digo, pues, que el Cristo Jesús fue Ministro de la Circuncisión, por la verdad de Dios para confirmar las promesas de los padres, pero que los gentiles glorifiquen a Dios por la misericordia; como está escrito: Por tanto yo te confesaré [a ti] entre los gentiles, y cantaré a tu Nombre.
Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo.
Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle, todos los pueblos.
Y otra vez, dice Isaías: Estará la raíz de Jessé, y el que se levantará a regir los gentiles; los gentiles esperarán [la salvación] en él.”
Efesios 1, 11-12
“En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”.
Un propósito en camino de plenitud, en el cual hay llamado a ¡glorificar a Dios!, señal para nosotros de ser parte del reino de Dios, que es en justicia, paz y “gozo” en el Espíritu Santo.
Algunos encontrarán “El propósito de Dios para su vida”, la salvación por la misericordia de Dios, como lo ocurrido a su pueblo rebelde, llamado y corregido en justicia divina para obediencia.
Otros en cambio encontrarán “El propósito de Dios en su vida”; a estos últimos el llamado de Dios es especial, somos escogidos, somos transformados, estamos en Cristo, y tenemos dentro de nosotros el propósito de Dios, con un modelo especial de los verdaderos apóstoles de Cristo.
Romanos 15, 20-21
“Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de Él, verán; Y los que nunca han oído de Él, entenderán”.
El propósito perfeccionado en la gracia de Cristo Jesús; los llamados, aquellos sellados, con el ADN de Cristo dentro de sí, han de saber y han de sentir por el Espíritu Santo que hay una comisión que cumplir, para ser parte del propósito perfecto.
“Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2, 10).
“Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en Él;…” (Efesios 3, 11, 12).
“Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas de la ciudad”. (Apocalipsis 22, 14).
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas EN LAS IGLESIAS. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.” (Apocalipsis 22, 16).
¡Amén!
Referencia:
Edición personal
Por instrucción de Dios.